El acné es una de las afecciones cutáneas más comunes. Aunque suele asociarse con la adolescencia, el acné puede aparecer tanto en la infancia como en la edad adulta.

Puede variar desde granos leves y temporales hasta afecciones crónicas graves que requieren intervención médica.

En este artículo analizaremos en detalle las causas de su aparición, los tipos de acné, los métodos de tratamiento y prevención, así como cómo el cuidado adecuado de la piel y un estilo de vida saludable pueden contribuir a una piel más sana y clara.

 

1. ¿Qué es el acné?

 

El acné es una enfermedad crónica de la piel que afecta las glándulas sebáceas y los folículos pilosos.

 

Nuestra piel contiene millones de poros diminutos que permiten que el sebo (el aceite producido por las glándulas sebáceas) salga a la superficie y mantenga la piel hidratada y protegida.

Cuando estos poros se obstruyen con exceso de sebo, células cutáneas muertas y bacterias, se crean las condiciones para la inflamación y la aparición del acné.

 

¿Cómo se forma el acné?

 

El proceso de formación del acné pasa por varias etapas:

 

  1. Aumento de la producción de sebo: las glándulas sebáceas comienzan a producir cantidades excesivas de grasa, lo que crea un ambiente favorable para la acumulación de suciedad;
  2. Obstrucción de los poros: el exceso de sebo se combina con las células muertas de la piel, formando un tapón que bloquea los poros;
  3. Proliferación bacteriana: la bacteria Propionibacterium acnes se acumula en los poros obstruidos, que normalmente está presente en la piel, pero cuando crece demasiado, causa reacciones inflamatorias;
  4. Inflamación y formación de lesiones: cuando el sistema inmunitario reacciona a la acumulación de bacterias, se produce enrojecimiento, hinchazón y la formación de diversos tipos de granos.

 

¿En qué zonas del cuerpo aparece con más frecuencia?

 

¿En qué zonas del cuerpo aparece con más frecuencia?

 

El acné suele afectar zonas con alta concentración de glándulas sebáceas:

 

  • Cara: la frente, la nariz y la barbilla (zona T) son las zonas más comúnmente afectadas;
  • Espalda: común en hombres, ya que la piel allí es más gruesa y las glándulas sebáceas son más activas;
  • Pecho: los cambios hormonales también pueden provocar acné en esta zona;
  • Hombros y cuello: el sudor, el roce con la ropa y llevar mochilas pueden causar acné en estas zonas.

 

El acné a menudo se confunde con otras afecciones de la piel como la rosácea, la foliculitis o la dermatitis seborreica.

 

2. Principales causas del acné

 

El acné es causado por una combinación de factores internos y externos que afectan la piel y provocan la obstrucción de los poros y la inflamación.

 

Comprender estos factores es clave para su prevención y tratamiento eficaces.

 

1. Cambios hormonales

 

Las hormonas juegan un papel principal en el desarrollo del acné. Estimulan las glándulas sebáceas para que produzcan más sebo, lo que aumenta la probabilidad de que se obstruyan los poros y se formen granos.

 

  • Pubertad: durante la adolescencia, los niveles de andrógenos (hormonas masculinas que también se encuentran en las mujeres) aumentan, lo que provoca una sobreproducción de sebo;
  • Embarazo: los cambios hormonales durante el embarazo pueden empeorar el acné o provocar su aparición en mujeres que no lo han tenido antes;
  • Ciclo menstrual: muchas mujeres experimentan un empeoramiento del acné antes o durante la menstruación debido a las fluctuaciones en los niveles de estrógeno y progesterona;
  • Síndrome de ovario poliquístico (SOP): este trastorno hormonal puede provocar acné crónico junto con otros síntomas como períodos irregulares y aumento del crecimiento del vello.

 

2. Predisposición genética

 

Si tus padres tuvieron acné severo hay una gran probabilidad de que tú también lo padezcas.

 

  • Tamaño y actividad de las glándulas sebáceas: algunas personas tienen predisposición genética a tener glándulas sebáceas más grandes y activas;
  • Propensión a la inflamación: el sistema inmunitario de algunas personas reacciona de forma más agresiva a las bacterias, lo que provoca formas más graves de acné;
  • La forma en que la piel se regenera: las células muertas no se eliminan eficazmente, lo que provoca la obstrucción de los poros.

 

Predisposición genética

 

3. Estrés y factores psicoemocionales

 

El estrés por sí solo no causa acné, pero puede empeorar la afección al aumentar los niveles de cortisol, una hormona que estimula la producción de sebo.

 

  • Estrés crónico: el estrés a largo plazo aumenta la inflamación y debilita el sistema inmunitario.
  • Falta de sueño: dormir poco también aumenta los niveles de cortisol y puede provocar brotes más frecuentes.
  • Trastornos emocionales: la depresión y la ansiedad pueden empeorar las afecciones de la piel al aumentar el estrés oxidativo y la inflamación.

 

4. Cuidado inadecuado de la piel

 

Una rutina inadecuada de cuidado de la piel puede contribuir a la aparición del acné:

 

  • Uso de productos comedogénicos: algunos productos cosméticos contienen aceites e ingredientes que obstruyen los poros;
  • Limpieza facial excesiva: el lavado y la exfoliación agresivos pueden provocar sequedad y un aumento reactivo del sebo;
  • Falta de hidratación: la piel deshidratada suele producir más grasa para compensar la falta de humedad;
  • Desmaquillaje inadecuado: si el maquillaje no se elimina por completo, los poros pueden obstruirse, lo que provoca la formación de acné.

 

5. Nutrición y dieta

 

Aunque el acné no es causado directamente por los alimentos, ciertos alimentos pueden contribuir a empeorar la afección:

 

  • Carbohidratos procesados ​​y azúcar: aumentan los niveles de insulina, lo que estimula la producción de sebo.
  • Productos lácteos: los estudios demuestran que los productos lácteos pueden afectar las hormonas y empeorar el acné.
  • Alimentos grasos y fritos: pueden aumentar los procesos inflamatorios en el cuerpo.
  • Falta de grasas saludables: los ácidos grasos omega-3 (del pescado, la linaza y las nueces) ayudan a reducir la inflamación.

 

6. Factores ambientales

 

Los factores ambientales también juegan un papel en el desarrollo del acné:

 

  • Contaminación del aire: las partículas de suciedad y las toxinas pueden obstruir los poros y causar inflamación;
  • Humedad y sudoración: los climas cálidos y húmedos pueden obstruir los poros;
  • Exposición al sol: aunque el sol puede secar temporalmente los granos, también estimula la producción de sebo y puede empeorar el acné.

 

7. Medicamentos y terapias hormonales

 

Medicamentos y terapias hormonales

 

Algunos medicamentos pueden causar o empeorar el acné:

 

  • Corticosteroides: el uso de esteroides puede provocar cambios hormonales y la aparición de acné;
  • Antidepresivos: algunos medicamentos psiquiátricos pueden causar cambios en la piel;
  • Anticonceptivos: algunos tipos de anticonceptivos hormonales mejoran el acné, pero otros pueden empeorarlo.

 

3. Tipos de acné

 

El acné no es una afección uniforme: puede manifestarse en diferentes formas y grados de gravedad. Según el tipo de lesión, su ubicación y la intensidad de la inflamación, el acné se puede clasificar en varios tipos principales.

 

Acné no inflamatorio

Este tipo de acné se caracteriza por la presencia de poros obstruidos pero sin inflamación significativa.

 

  1. Puntos negros (comedones abiertos): se forman cuando los poros se obstruyen con sebo y células cutáneas muertas, pero permanecen abiertos.
  2. Puntos blancos (comedones cerrados): los poros se obstruyen, pero permanecen cubiertos por una fina capa de piel, lo que hace que la lesión adquiera un color blanco o similar a la piel. Son más difíciles de eliminar y pueden inflamarse con facilidad.

 

Acné inflamatorio

Este tipo de acné implica lesiones rojas, hinchadas y dolorosas causadas por el crecimiento bacteriano y la inflamación.

 

  1. Pápulas: pequeñas protuberancias rojas que se forman cuando las paredes de los poros se irritan e inflaman. Son duras al tacto y no contienen pus.
  2. Pústulas: se parecen a las pápulas, pero contienen pus en el centro. Suelen ser rojas en la base con una cabeza blanca o amarilla.

 

Acné inflamatorio

 

Acné profundo y severo

Estas formas de acné afectan las capas más profundas de la piel y pueden provocar cicatrices.

 

  1. Nódulos: bultos grandes, duros y dolorosos bajo la piel que se forman cuando los folículos pilosos se inflaman profundamente. No contienen pus y no se pueden expulsar.
  2. Acné quístico: la forma más grave de acné. Se trata de lesiones grandes y llenas de pus que se desarrollan en la profundidad de la piel. Este tipo de acné suele dejar cicatrices y requiere tratamiento médico.

 

Tipos específicos de acné

Además de las formas tradicionales de acné, existen varios tipos específicos que son causados ​​por diversos factores externos e internos.

 

  1. Acné mecánico: causado por fricción, presión o irritación de la piel (por ejemplo, por ropa ajustada, cascos, mochilas o teléfonos móviles);
  2. Acné hormonal: se presenta con mayor frecuencia en mujeres y aparece alrededor del mentón, la mandíbula y la parte inferior del rostro, a menudo asociado con el ciclo menstrual o trastornos hormonales;
  3. Acné cosmético: se produce como resultado del uso de cosméticos comedogénicos que obstruyen los poros;
  4. Acné en adultos: puede aparecer incluso después de los 30 años, a menudo asociado con el estrés, un cuidado inadecuado de la piel o problemas de salud internos;
  5. Acné medicamentoso: causado por ciertos medicamentos como corticosteroides, antiepilépticos y algunos antidepresivos.

 

4. ¿Cómo tratar el acné?

 

El tratamiento del acné depende de la gravedad de la afección, el tipo de lesiones y las características individuales de la piel. Existen diversos métodos para tratarlo, desde productos tópicos y medicamentos hasta procedimientos dermatológicos profesionales.

 

El enfoque debe ser personalizado y adaptado a las necesidades específicas del paciente:

 

1. Tratamiento local

 

Los agentes tópicos se utilizan para aplicación directa en las áreas afectadas y son eficaces para el acné leve a moderado.

 

  • Peróxido de benzoilo: uno de los ingredientes más populares para tratar el acné. Tiene propiedades antibacterianas y reduce la inflamación. Se utiliza a menudo para el acné papulopustuloso.
  • Ácido salicílico: ayuda a destapar los poros y exfoliar las células muertas. Es adecuado para personas con acné comedónico.
  • Ácido azelaico: tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, y también reduce la pigmentación postacné.
  • Retinoides tópicos (retinol, adapaleno, tretinoína): estimulan la renovación de la piel y previenen la obstrucción de los poros. Se utilizan para diversos tipos de acné, incluyendo puntos negros y lesiones inflamatorias.
  • Cremas y geles antibacterianos (clindamicina, eritromicina): se utilizan para controlar las infecciones bacterianas de la piel y reducir la inflamación.

 

2. Tratamiento oral

 

En casos más severos de acné, puede ser necesario tomar medicación.

 

  • Antibióticos (doxiciclina, minociclina, tetraciclina): inhiben el crecimiento de la bacteria Propionibacterium acnes y reducen la inflamación. Se recetan para uso a corto plazo para evitar el desarrollo de resistencia a los antibióticos.
  • Retinoides orales (isotretinoína): el tratamiento más eficaz para el acné quístico grave. Reducen la producción de sebo, reducen el tamaño de las glándulas sebáceas y previenen la formación de nuevas lesiones. Requiere supervisión médica estrecha debido a sus posibles efectos secundarios.
  • Terapias hormonales (anticonceptivos orales, espironolactona): las píldoras anticonceptivas combinadas se utilizan para el acné hormonal, ya que regulan los niveles de andrógenos y reducen la secreción de sebo.

 

3. Procedimientos dermatológicos profesionales

 

Procedimientos dermatológicos profesionales

 

Las terapias dermatológicas pueden mejorar el estado de la piel, especialmente si los métodos tradicionales no funcionan.

 

  • Peeling químico: utiliza ácidos (glicólico, salicílico, láctico) para eliminar la capa superficial de la piel y estimular su renovación. Ayuda con comedones y acné inflamatorio leve.
  • Terapia láser y procedimientos de luz: el láser destruye las bacterias y reduce la inflamación, y la luz azul tiene un efecto antiséptico. Son adecuados para personas con acné de moderado a severo.
  • Microagujas: un procedimiento en el que pequeñas agujas perforan la piel, estimulando su regeneración natural. Se utiliza para tratar cicatrices de acné.
  • Drenaje y extracción: un procedimiento especializado en el que un dermatólogo elimina mecánicamente los poros obstruidos y los quistes. Debe ser realizado únicamente por un profesional para evitar infecciones y cicatrices.

 

4. Cambios en el estilo de vida

 

El tratamiento del acné no se limita a medicamentos y cosméticos. El estilo de vida también influye en el control de la afección.

 

  • Cuidado adecuado de la piel: la limpieza regular con productos suaves, el uso de cosméticos no comedogénicos y la protección solar ayudan a prevenir el empeoramiento del acné.
  • Manejo del estrés: la actividad física y dormir lo suficiente pueden ayudar a reducir los niveles de estrés, que pueden afectar negativamente el estado de la piel.
  • Nutrición: evitar el azúcar, los alimentos procesados ​​y los productos lácteos, así como consumir alimentos ricos en antioxidantes y omega-3, puede ayudar a reducir la inflamación.
  • Actividad física: el ejercicio regular mejora la circulación sanguínea y ayuda a eliminar toxinas del cuerpo, pero es importante limpiar bien el rostro después del ejercicio para evitar la obstrucción de los poros.

 

5. Remedios caseros para tratar el acné

 

Los remedios caseros para el acné son una opción popular para las personas que prefieren los métodos naturales o desean complementar el tratamiento tradicional.

 

Muchos ingredientes naturales tienen propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y calmantes que pueden ayudar a reducir la inflamación y acelerar la curación de la piel.

 

Ingredientes naturales útiles contra el acné

 

Varios productos naturales pueden ayudar a reducir el acné actuando sobre las causas fundamentales de su aparición: exceso de grasa, inflamación y crecimiento bacteriano:

 

  1. El aceite de árbol de té tiene potentes propiedades antibacterianas y ayuda a reducir la inflamación;
  2. El aloe vera calma la piel irritada, reduce el enrojecimiento y acelera la cicatrización de las lesiones;
  3. Miel y canela: esta combinación tiene efectos antibacterianos y puede ayudar a limpiar los poros;
  4. El vinagre de sidra de manzana equilibra el pH de la piel y ayuda a controlar la secreción sebácea;
  5. El té verde contiene antioxidantes y compuestos antiinflamatorios que pueden calmar la piel y reducir el enrojecimiento;
  6. La avena ayuda a exfoliar la piel, absorbe el exceso de sebo y calma la irritación;
  7. El jugo de limón tiene propiedades antisépticas, pero debe usarse con precaución, ya que puede resecar la piel y aumentar su sensibilidad al sol.

 

Remedios caseros para tratar el acné

 

1. Mascarilla limpiadora con Miel y Canela

 

Mascarilla limpiadora con Miel y Canela

 

Ingredientes necesarios:

  • 1 cucharada de miel;
  • ½ cucharadita de canela.

 

Cómo hacerlo:

  1. Mezcla la miel y la canela en un tazón pequeño hasta obtener una pasta suave.
  2. Aplica una capa fina sobre la piel limpia.
  3. Deja actuar de 10 a 15 minutos.
  4. Enjuaga con agua tibia y seca con una toalla suave.
  5. Aplica 1 o 2 veces por semana.

 

2. Tónico calmante con vinagre de sidra de manzana

 

Ingredientes necesarios:

  • 1 cucharada de vinagre de sidra de manzana;
  • 3 cucharadas de agua filtrada;
  • 3-4 gotas de aceite de árbol de té (opcional).

 

Cómo hacerlo:

  1. Mezclar los ingredientes en un frasco de vidrio;
  2. Agitar bien antes de usar;
  3. Aplicar con un disco de algodón en el rostro, evitando el contorno de ojos;
  4. Dejar absorber y luego aplicar una crema hidratante.

 

3. Mascarilla facial de avena

 

Ingredientes necesarios:

  • 2 cucharadas de copos de avena fina;
  • 1 cucharada de yogur;
  • 1 cucharadita de zumo de limón.

 

Cómo hacerlo:

  1. Mezclar todos los ingredientes hasta formar una pasta.
  2. Aplicar sobre el rostro y dejar actuar durante 15 minutos.
  3. Masajear suavemente y enjuagar con agua tibia.

 

Consejos para usar remedios caseros para el acné

 

  1. Realice siempre una prueba de alergia en una pequeña zona de la piel antes del primer uso.
  2. No utilice jugo de limón durante el día si no va a aplicar protector solar.
  3. Los remedios caseros son eficaces, pero no pueden sustituir el tratamiento médico para el acné severo.

 

6. Mitos sobre el acné

 

Existen muchos mitos sobre el acné que pueden llevar a un tratamiento inadecuado o incluso al empeoramiento de la afección.

 

Mito 1: El acné es causado por una mala higiene

Realidad: Lavarse la cara con frecuencia no previene el acné e incluso puede empeorarlo.

 

La limpieza facial excesiva, especialmente con productos agresivos, puede provocar irritación y un aumento reactivo del sebo que, en última instancia, puede empeorar el acné.

 

Mito 2: La exposición al sol cura el acné

Realidad: Aunque la luz solar puede secar temporalmente los granos, la exposición prolongada al sol puede empeorar el acné.

 

El sol aumenta la producción de sebo, lo que puede provocar nuevos brotes después de la mejora inicial.

La protección solar (con una fórmula no comedogénica) es importante para las personas propensas al acné.

 

Mito 3: Solo los adolescentes sufren de acné

Realidad: El acné puede afectar a personas de cualquier edad.

 

El acné es común en la adolescencia, pero muchos adultos también lo padecen, especialmente mujeres que experimentan cambios hormonales debido al ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia.

El estrés y el estilo de vida también pueden desencadenar la aparición del acné en adultos.

 

Mito 4: El maquillaje causa acné

Realidad: Los cosméticos no comedogénicos no causan acné, pero los productos inadecuados pueden empeorar la condición.

 

Si bien algunos maquillajes pesados ​​y grasosos pueden obstruir los poros y empeorar el acné, existen productos especializados diseñados para pieles propensas al acné.

Usar maquillaje “no comedogénico” y retirarlo regularmente al final del día son claves para mantener una piel saludable.

 

Mitos sobre el acné

 

Mito 5: Sólo las pieles grasas sufren de acné

Realidad: El acné puede aparecer en cualquier tipo de piel, incluso la seca y sensible.

 

Si bien la piel grasa es más propensa al acné debido a la sobreproducción de sebo, la piel seca también puede desarrollar acné, especialmente si se utilizan productos de limpieza demasiado agresivos que alteran la función de barrera de la piel.

 

Mito 6: El acné desaparece por sí solo

Realidad: En algunos casos, el acné puede mejorar con el tiempo, pero en otros es necesario tratamiento.

 

Si bien algunas personas solo tienen acné en la adolescencia, otras pueden durar años y empeorar si no se trata adecuadamente.

El tratamiento oportuno puede ayudar a prevenir cicatrices a largo plazo y malestar psicológico.

 

7. Conclusión

 

El acné es un problema de la piel que puede verse influenciado por múltiples factores: cambios hormonales, nutrición, estrés y cuidado inadecuado de la piel.

El tratamiento adecuado incluye una combinación de productos adecuados, un estilo de vida saludable y, si es necesario, una consulta con un dermatólogo.

Es importante evitar los métodos de automedicación que pueden empeorar la condición.

 

FUENTES:

1. MayoClinic: Acne (04.04.2025)