El dolor muscular es un problema que afecta a personas de todas las edades y profesiones. Puede ser repentino y de corta duración o persistir durante mucho tiempo, interfiriendo en nuestras actividades diarias.

Muchas personas ignoran los síntomas o los consideran insignificantes, lo que a menudo hace que el problema empeore.

En este artículo compartiremos información útil y consejos prácticos para que no solo puedas aliviar el dolor, sino también evitar que vuelva a aparecer.

 

1. ¿Qué es el dolor muscular?

 

El dolor muscular, también conocido como mialgia, es una afección que puede afectar a un solo músculo, a un grupo de músculos o incluso a todo el cuerpo. No es una enfermedad en sí misma, sino más bien un síntoma que puede estar relacionado con una variedad de factores físicos o médicos.

 

El dolor puede ser sordo, ardiente o punzante y a menudo está acompañado de una sensación de debilidad u opresión.

 

Se divide en agudo y crónico:

  • El dolor agudo suele ser de corta duración y se produce como resultado de una lesión repentina o un uso excesivo;
  • El dolor crónico puede durar semanas o incluso meses y, a menudo, requiere una investigación médica más exhaustiva para determinar la causa.

 

2. Principales causas del dolor muscular

 

Hay muchos factores que pueden provocar dolor muscular y, a menudo, se superponen. Además de las causas obvias, como las lesiones y el uso excesivo, también hay factores más ocultos que a menudo pasan desapercibidos.

 

1. Sobrecarga durante el entrenamiento físico

 

  • Sobreentrenamiento: Un entrenamiento intenso y prolongado sin un descanso adecuado puede provocar una acumulación de ácido láctico en los músculos, microdesgarros en las fibras musculares e inflamación;
  • Falta de adaptación: Aumentar la intensidad, duración o frecuencia del entrenamiento demasiado rápido puede sobrecargar los músculos;
  • Técnica inadecuada: Una mala forma al realizar los ejercicios provoca una carga muscular desigual, lo que aumenta el riesgo de lesiones y dolor;
  • Carga uniforme: Utilizar constantemente el mismo grupo muscular sin variedad en el entrenamiento puede provocar un desgaste excesivo de los tejidos y fatiga muscular.

 

2. Lesiones musculares

 

Las lesiones suelen producirse por movimientos bruscos, esfuerzos excesivos o técnicas inadecuadas durante el entrenamiento físico:

  • Las lesiones menores suelen causar dolor agudo y localizado y pueden ir acompañadas de hinchazón o enrojecimiento;
  • Las lesiones más graves, como los desgarros musculares parciales o completos, pueden provocar dolor intenso, pérdida significativa de la función e incluso hematomas.

 

Lesiones musculares

 

3. Envejecimiento

 

A medida que envejecemos, se producen cambios naturales en la estructura y función de los músculos:

  • Pérdida de masa muscular (sarcopenia): después de los 30 años, comienza una disminución progresiva de la masa y fuerza muscular. Esto hace que los músculos sean más débiles, menos resistentes y más susceptibles a la tensión y el dolor;
  • Reducción de la elasticidad de los tejidos: a medida que envejecemos, el tejido conectivo y los tendones pierden su flexibilidad, lo que aumenta el riesgo de distensiones y microtraumatismos durante el movimiento;
  • Recuperación tardía: los músculos de las personas mayores se recuperan más lentamente después del esfuerzo físico o una lesión, lo que puede provocar un dolor más prolongado.

 

4. Trastornos neurológicos

 

Los daños en el sistema nervioso pueden provocar disfunción muscular, espasmos, debilidad y dolor.

  • Transmisión nerviosa alterada: cuando los nervios responsables del control muscular están dañados, las señales entre el cerebro y los músculos pueden interrumpirse o distorsionarse, lo que provoca dolor y malestar;
  • Activación muscular excesiva: los nervios dañados pueden provocar espasmos espontáneos que son dolorosos y difíciles de controlar;
  • Inflamación de los nervios: los procesos inflamatorios en el sistema nervioso a menudo provocan dolor muscular que puede ser agudo, ardiente o irradiarse a otras partes del cuerpo.

 

Los trastornos neurológicos comunes asociados con el dolor muscular son la ciática, el síndrome del túnel carpiano, la polineuropatía y la fibromialgia.

 

5. Mala circulación sanguínea

 

Los músculos dependen de un suministro adecuado de oxígeno y nutrientes y los trastornos circulatorios pueden provocar sensación de dolor o calambres.

 

Los síntomas de mala circulación son:

  • Dolor o pesadez en las piernas, especialmente después de la actividad física;
  • Calambres musculares frecuentes, especialmente por la noche;
  • Entumecimiento o sensación de frío en las extremidades;
  • Sensación de rigidez o fatiga en los músculos;
  • Enrojecimiento o decoloración de la piel en las zonas afectadas.

 

3. ¿Cómo aliviar el dolor muscular?

 

Para aliviar el dolor muscular a menudo es necesario combinar distintos enfoques que puedan adaptarse a las necesidades individuales.

 

Además de los métodos estándar como el descanso y las compresas de hielo, también puedes probar:

 

Fisioterapia

 

Los especialistas en fisioterapia pueden ofrecer ejercicios y técnicas personalizadas para restaurar la función muscular, como:

  • ejercicios terapéuticos para fortalecer los músculos;
  • terapia con ultrasonidos;
  • estimulación eléctrica.

 

Estas técnicas mejoran la circulación sanguínea, reducen la inflamación y aceleran la recuperación.

 

Acupuntura

 

Esta antigua técnica implica el uso de agujas finas colocadas en puntos específicos del cuerpo. Se cree que estimula los flujos de energía y libera la tensión en los músculos.

La acupuntura aumenta la producción de endorfinas, analgésicos naturales del cuerpo.

 

Acupuntura

 

Tomar suplementos nutricionales

 

El magnesio es especialmente útil para reducir los espasmos y calambres musculares. Los ácidos grasos omega-3 del aceite de pescado tienen un efecto antiinflamatorio, mientras que la vitamina D es clave para el correcto funcionamiento de los músculos.

Tome estos suplementos tras consultar con un médico o nutricionista.

 

Utilice productos ortopédicos

 

  1. Las plantillas ortopédicas pueden brindar el soporte corporal adecuado para el dolor crónico o afecciones específicas, como el pie plano o las curvaturas de la columna vertebral;
  2. Los cinturones correctores son útiles para mantener una postura adecuada, lo que reduce la tensión en los músculos.

 

Aplicar ungüentos caseros

 

Los pomadas caseros con Árnica y Jengibre pueden ser una forma fácil y natural de aliviar el dolor.

 

1. Pomada casero con Arnica

 

Ingredientes necesarios:

  • 2 cucharadas de flores secas de árnica (o 1 cucharada de polvo de árnica);
  • 1/4 taza de aceite de coco;
  • 1 cucharada de cera de abejas;
  • 5 gotas de aceite esencial de lavanda (opcional).

 

Cómo prepararlo:

  1. Derrite el aceite de coco y la cera de abejas en un baño de agua;
  2. Agrega el árnica y deja reposar la mezcla durante 10 a 15 minutos;
  3. Cuela para eliminar los sólidos;
  4. Agrega el aceite esencial y mezcla bien;
  5. Guarda la pomada en un frasco de vidrio. Aplícala en las áreas afectadas 2 a 3 veces al día.

 

2. Pomada casero con Ginger

 

Ingredientes necesarios:

  • 2 cucharadas de jengibre fresco rallado;
  • 1/4 taza de aceite de oliva;
  • 1/2 cucharadita de pimienta de cayena;
  • 1 cucharada de cera de abejas.

 

Cómo prepararlo:

  1. Mezcle el jengibre y el aceite de oliva en un tazón pequeño y caliéntelo suavemente a fuego lento durante 10 minutos;
  2. Cuela la mezcla y agrega la pimienta de cayena;
  3. Derrite la cera de abejas y agrégala a la mezcla;
  4. Vierte la pomada en un frasco y deja que se endurezca;
  5. Úsala para el alivio tópico frotando una pequeña cantidad sobre los músculos.

 

Beber tés de hierbas

 

1. Té con Manzanilla

 

Té con manzanilla

 

Ingredientes necesarios:

  • 1 cucharada de flores de manzanilla secas;
  • 1 taza de agua caliente;
  • 1 cucharadita de miel (opcional).

 

Cómo prepararlo:

  1. Vierte agua caliente sobre la manzanilla y deja reposar durante 5-7 minutos;
  2. Cuela y agrega miel a gusto;
  3. Bébelo antes de acostarte para relajar los músculos tensos y aliviar el dolor.

 

2. Té con Jengibre

 

Ingredientes necesarios:

  • 1 cucharada de jengibre fresco rallado;
  • 1 taza de agua caliente;
  • 1 cucharadita de miel.

 

Cómo prepararlo:

  1. Vierte agua caliente sobre el jengibre y deja reposar durante 10 minutos;
  2. Cuela el té y agrega miel para endulzarlo;
  3. Bébelo 2 o 3 veces al día para reducir la inflamación y el dolor.

 

4. ¿Cómo prevenir el dolor muscular?

 

Actividad física regular

El ejercicio moderado, como caminar, nadar o practicar yoga, mantiene los músculos en forma y reduce el riesgo de sufrir distensiones. También es útil incluir ejercicios para estirar y fortalecer los principales grupos musculares que sustentan la postura y el movimiento.

 

Actividad física regular

 

Técnica de entrenamiento adecuada

Es fundamental utilizar la forma y la técnica adecuadas durante el ejercicio. Si no está seguro de realizar un ejercicio en particular, busque el consejo de un instructor o entrenador de fitness.

La técnica adecuada no solo previene lesiones, sino que también mejora la eficacia del entrenamiento.

 

Mejorar el entorno de trabajo

Si trabaja en una oficina o con un ordenador, asegúrese de que su lugar de trabajo sea ergonómico: altura adecuada del escritorio, posición del ordenador y uso de mobiliario adecuado.

La colocación ergonómica reduce la tensión en los músculos de la espalda, el cuello y los hombros.

 

Ingesta de proteínas

Las proteínas son clave para reconstruir y fortalecer el tejido muscular. Es una buena idea incluir suficiente carne, pescado, huevos o fuentes vegetales de proteínas como frijoles, lentejas y tofu en su dieta.

Las proteínas son especialmente importantes después del entrenamiento físico para la recuperación muscular.

 

Mantener un peso óptimo

El sobrepeso aumenta la tensión en los músculos y las articulaciones. Una dieta equilibrada y la actividad física regular pueden ayudar a mantener un peso saludable y reducir el estrés en el cuerpo.

 

Aporte de vitaminas y minerales

Asegúrate de ingerir suficiente magnesio, calcio y vitamina D, esenciales para la salud muscular. Si es necesario, también puedes incluir suplementos nutricionales, pero solo después de consultar con un especialista.

 

El dolor muscular requiere constancia y atención a los pequeños detalles de la vida cotidiana. Con las medidas adecuadas puedes reducir significativamente el riesgo de sufrir dolor y mejorar tu calidad de vida.

 

5. ¿Cuándo debes buscar atención médica?

 

El dolor muscular a menudo se puede controlar en casa, pero hay situaciones en las que es importante consultar a un especialista.

 

1. El dolor empeora con el tiempo

 

Si el dolor no sólo no desaparece, sino que se vuelve más intenso, podría ser señal de una complicación como una infección o un trauma profundo.

 

2. Pérdida de la función muscular

 

Si tiene dificultad para mover la parte del cuerpo afectada o nota debilidad que no mejora, podría ser un síntoma de daño nervioso o muscular grave.

 

3. Cambios en el color de la piel

 

Una coloración azulada, palidez o un tono púrpura en la zona dolorida pueden indicar problemas circulatorios.

 

4. Síntomas asociados

 

Si el dolor se acompaña de sudoración inexplicable, dificultad para respirar, mareos o pérdida de conciencia, puede ser un signo de un problema sistémico como una enfermedad cardiovascular.

 

5. Dolor recurrente

 

La aparición constante de dolores musculares después de determinadas actividades o sin causa aparente requiere valoración por parte de un médico.

 

6. Reacción negativa después de tomar medicamentos.

 

Reacción negativa después de tomar medicamentos.

 

Si sospecha que un medicamento en particular le está provocando dolor muscular, su médico puede sugerirle una alternativa o cambiar la dosis.

 

En caso de duda, siempre es mejor buscar asesoramiento profesional. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones graves y acelerar la recuperación.

 

6. Conclusión

 

El dolor muscular es algo que todos hemos experimentado, ya sea después de un largo día de trabajo, un entrenamiento intenso o simplemente por estrés. La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, podemos ayudarnos con un poco más de cuidado y atención a nuestro cuerpo. Cosas simples como estiramientos suaves, una compresa tibia o incluso una taza de té de jengibre pueden hacer maravillas.

Por supuesto, es importante escuchar las señales de tu cuerpo. Si el dolor persiste o se vuelve demasiado intenso, no esperes más y busca ayuda profesional.

 

FUENTES:

1. Cleveland Clinic: Myalgia (Muscle Pain) (18.02.2025)