¿Cómo Reconocer y Tratar las Hemorroides Internas?

Las hemorroides internas son uno de esos temas que la gente rara vez discute abiertamente, generalmente debido a la incomodidad asociada con su ubicación y síntomas.
Muchas personas viven con hemorroides internas durante mucho tiempo sin saber qué las causa exactamente ni cómo tratarlas. A menudo se confunden con otras afecciones y, a veces, incluso se ignoran hasta que causan molestias graves o complicaciones graves.
En este artículo, veremos qué son las hemorroides internas, qué las causa, sus síntomas, cuánto duran y cómo tratarlas.
Tabla de Contenido
1. ¿Qué son las Hemorroides Internas?
Las hemorroides internas forman parte de la anatomía natural del cuerpo humano. Todos tenemos almohadillas hemorroidales: estructuras compuestas de tejido conectivo, vasos sanguíneos y músculo liso ubicadas en la zona rectal.
Los problemas surgen cuando estos cojines se agrandan y empiezan a causar molestias. Este agrandamiento puede estar relacionado con un aumento de la presión en el recto, pérdida de elasticidad en los tejidos o debilitamiento de los músculos de soporte.
A diferencia de las Hemorroides Externas, las hemorroides internas no se localizan bajo la piel que rodea el ano, sino más profundamente, bajo el revestimiento del recto. En las primeras etapas, no suelen causar dolor debido a la menor cantidad de terminaciones nerviosas en esta zona.
Las hemorroides internas no siempre se desarrollan de forma lineal: pueden permanecer en una etapa leve durante mucho tiempo y luego volverse repentinamente más graves, por ejemplo, después de un esfuerzo físico, una enfermedad o un cambio repentino en la dieta.
2. Causas de las Hemorroides Internas
Las causas de las hemorroides internas varían según la persona. Tanto factores físicos como genéticos influyen.
Estos son algunos de los factores que conducen a la aparición de hemorroides internas:
Herencia
Algunas personas nacen con paredes venosas más débiles o tejido conectivo más débil en el área rectal.
La predisposición genética aumenta la probabilidad de desarrollar hemorroides a una edad temprana.
Circulación deteriorada en la pelvis
Permanecer sentado durante mucho tiempo, especialmente en una posición fija, provoca estancamiento de sangre en la parte inferior del cuerpo.
Esto crea condiciones para que las venas del recto se dilaten y formen hemorroides internas.
Cambios hormonales
En las mujeres, especialmente durante el embarazo o la menstruación, el desequilibrio hormonal puede provocar que las paredes venosas se relajen.
Esto aumenta el riesgo de tener problemas de hemorroides incluso en ausencia de otros factores.
Baja actividad física
Un estilo de vida sedentario conduce al debilitamiento de los músculos abdominales y pélvicos.
Esto dificulta la defecación y aumenta la presión interna.
Rutina incorrecta para ir al baño
La retención frecuente de heces por falta de tiempo o de condiciones adecuadas puede provocar estreñimiento persistente.
Esto crea un hábito de esfuerzo durante las deposiciones, lo que daña las venas rectales.
Estrés y tensión mental
Aunque pueda parecer sorprendente, el estrés crónico afecta la digestión y el peristaltismo.
Cuando estamos estresados, el cuerpo libera hormonas que pueden alterar los movimientos intestinales normales y causar calambres, hinchazón y estreñimiento: factores indirectos en el desarrollo de hemorroides.
Edad
A medida que envejecemos, la elasticidad de los tejidos disminuye. Las venas se dilatan con mayor facilidad y son más susceptibles a la presión.
Es por esto que las hemorroides internas son más comunes después de los 40 años.
3. ¿Cuáles son los síntomas de las Hemorroides Internas?
Los síntomas de las hemorroides internas pueden variar considerablemente según la etapa de la afección y la sensibilidad individual de cada persona. A veces son casi imperceptibles, mientras que otras veces causan molestias graves.
1. Ligero sangrado durante las deposiciones
El sangrado es el síntoma más común. Generalmente, se observan unas gotas de sangre roja brillante en el papel higiénico, en la taza del inodoro o en la superficie de las heces.
El color de la sangre es importante: en las hemorroides internas siempre es fresca, ya que proviene de vasos sanguíneos superficiales, cerca del final del recto.
A muchas personas les asusta ver sangre, pero las hemorroides rara vez causan mucho sangrado. Sin embargo, no debe ignorarse el sangrado, ya que también puede ser síntoma de otras afecciones, como una fisura anal o incluso cáncer de colon.
2. Picazón e irritación en la zona anal
Esta condición es resultado de la secreción de moco o una ligera pérdida de materia fecal.
La membrana mucosa que cubre las hemorroides internas puede secretar una secreción que irrita la piel alrededor del ano, especialmente al estar sentado durante largos períodos de tiempo o al usar ropa ajustada.
La picazón suele empeorar por la noche o después de defecar. Si una persona comienza a rascarse, puede dañar la piel y causar infecciones o inflamación secundarias.
3. Sensación de vaciamiento intestinal incompleto
Muchas personas con hemorroides internas informan una sensación de que sus intestinos no se han vaciado completamente, incluso después de una evacuación intestinal.
Esta sensación se debe a la presencia física de nódulos hemorroidales en el canal rectal, lo que puede crear una sensación “engañosa” de residuo.
Esto a menudo provoca que los afectados vuelvan al baño repetidamente, sin ninguna necesidad real, lo que a su vez contribuye a una tensión aún mayor y al empeoramiento de la condición.
4. Pesadez o presión en la zona rectal
Las personas describen esta sensación como un “bulto”, una “presión” o una “hinchazón” en el recto inferior.
Esto es especialmente notorio después de estar sentado durante un tiempo prolongado, hacer ejercicio o comer, lo que hace que los intestinos se abulten.
Esta presión no es dolor, sino más bien una molestia, que con el tiempo puede llegar a resultar intrusiva e interferir en el ritmo normal de vida.
5. Protrusión periódica de hemorroides fuera del ano (prolapso)
A medida que la afección progresa, las hemorroides internas pueden salirse del ano al defecar. Al principio, esto solo ocurre con un esfuerzo fuerte y los ganglios se retraen por sí solos.
Sin embargo, con el tiempo, pueden permanecer fuera más tiempo, requerir retracción manual y, en los casos más graves, incluso ser imposibles de volver a colocar. El prolapso es un signo grave de deterioro y, a menudo, requiere intervención médica.
6. Fuga de moco
El moco es un líquido pegajoso, incoloro o ligeramente amarillento que se secreta del revestimiento de las hemorroides internas y puede filtrarse a través del ano, especialmente al caminar, hacer esfuerzo o después de defecar.
Las fugas provocan una sensación de humedad, pegajosidad y, a veces, un olor desagradable, lo que genera malestar social y dificulta la higiene personal.
7. Necesidad frecuente de defecar (tenesmo)
Aunque los intestinos ya estén vacíos, la presencia de hemorroides agrandadas en el recto puede convencernos de que necesitamos ir al baño.
Esta afección se denomina tenesmo. Provoca intentos repetidos, pero infructuosos, de defecar y un esfuerzo adicional que empeora la afección y puede causar sangrado o prolapso.
8. Dolor o malestar leve (en etapas posteriores)
Si bien las primeras etapas de las hemorroides internas no causan dolor, las complicaciones pueden causar dolor ardiente, sordo, agudo o punzante.
Esto suele ocurrir cuando hay:
- Pinzamiento hemorroidal fuera del ano;
- Inflamación;
- Formación de un trombo (coágulo sanguíneo).
Luego los síntomas se vuelven más graves y a menudo se requiere tratamiento médico o incluso cirugía.
9. Aumento de la sensibilidad en la zona rectal
Algunas personas experimentan una incómoda sensación de hormigueo, rigidez o incluso dolor al sentarse, especialmente en superficies duras. Les resulta difícil permanecer sentados durante largos periodos.
En otros casos, incluso lavarse después de usar el baño provoca sensaciones desagradables y usar ropa interior o ropa ajustada empeora aún más la condición.
Estos síntomas pueden presentarse individualmente o en combinación. A veces son intermitentes y, en otros casos, constantes.
Es importante prestar atención incluso a los signos leves para evitar que las hemorroides progresen a una forma más grave.
4. Etapa de Hemorroides Internas
Las hemorroides internas se desarrollan progresivamente y pasan por cuatro grados o etapas principales. Cada grado se caracteriza por diferentes síntomas, grado de malestar y necesidad de tratamiento.
Etapa I - Etapa inicial
Las hemorroides aún son pequeñas y se limitan al canal rectal. No aparecen fuera del ano.
Síntomas:
- Sangrado leve y episódico durante la deposición;
- Sensación de leve malestar o pesadez en el recto;
- Picazón debido a la secreción mucosa;
- Ausencia de nódulos hemorroidales visibles;
- Aunque no presente síntomas, la afección se detecta accidentalmente durante una revisión rutinaria.
En esta etapa, es más fácil controlar la afección con cambios en el estilo de vida y la dieta.
Etapa II - Etapa moderadamente avanzado
Los nódulos hemorroidales sobresalen fuera del ano durante la defecación, pero después se retraen espontáneamente.
Síntomas:
- Sangrado más frecuente, especialmente con heces duras;
- Prolapso visible de los ganglios linfáticos al hacer fuerza;
- Picazón e irritación en la zona anal;
- Ligera pérdida de moco y humedad en la ropa interior;
- Sensación de cuerpo extraño al defecar;
- Malestar intermitente, que empeora al estar sentado o al realizar esfuerzo físico prolongado.
En esta etapa, el tratamiento es más específico: puede incluir medicamentos y procedimientos mínimamente invasivos.
Etapa III - Etapa avanzado
Las hemorroides sobresalen del ano al defecar o hacer fuerza y no se retraen por sí solas. Se requiere retracción manual.
Síntomas:
- Sangrado más intenso y sensación de abultamiento alrededor del ano;
- Necesidad de retraer el recto manualmente después de cada deposición;
- Sensación frecuente de presión, tensión y plenitud en el recto;
- Aumento de la secreción de moco;
- Picazón e irritación constantes;
- Inflamación e hinchazón de los ganglios linfáticos;
- Dolor al sentarse o al realizar actividad física.
En este caso, es difícil confiar únicamente en remedios caseros. A menudo se requieren intervenciones especializadas como la ligadura o la escleroterapia.
Etapa IV - Etapa grave y crónico
Las hemorroides permanecen fuera del ano (se vuelven externas) y no se pueden retraer, ni siquiera manualmente. Pueden quedar atrapadas o inflamarse.
Síntomas:
- Una protuberancia persistente fuera del ano, a veces de color azul oscuro o morado;
- Dolor agudo o pulsátil, especialmente al presionarlo;
- Sangrado abundante con cada deposición;
- Secreción mucosa abundante, que genera humedad e irritación;
- Riesgo de infecciones secundarias, úlceras o trombosis;
- Deterioro de la calidad de vida: dolor al caminar, sentarse o usar ropa interior;
- Malestar social y emocional.
En la mayoría de los casos, este grado requiere una intervención quirúrgica: cirugía clásica o técnicas modernas como la THD (desarterización transanal).
5. ¿Cuánto tiempo duran las Hemorroides?
La duración de las hemorroides depende de muchos factores: su tipo (internas o externas), la etapa, el método de tratamiento y la condición individual del cuerpo. Algunos casos se resuelven rápidamente, mientras que otros se vuelven crónicos.
1. Hemorroides agudas: desde unos días hasta dos semanas
Los casos leves de hemorroides internas (etapa I) pueden resolverse en 2 a 5 días con una dieta adecuada y descanso.
Si se toman medidas ante los primeros síntomas (aumentar la ingesta de fibra, hidratarse, evitar el estrés), los síntomas disminuyen significativamente en una semana.
Sin tratamiento, incluso los casos leves pueden persistir durante más tiempo o progresar a la siguiente etapa.
2. Hemorroides moderadas: 1 a 4 semanas
En el caso de hemorroides internas de estadio II o III, los síntomas generalmente no desaparecen por sí solos.
Al utilizar medicamentos tópicos (supositorios, ungüentos), baños tibios y una dieta adecuada, la mejoría se produce en 2-3 semanas.
Si no hay mejoría se recomiendan procedimientos mínimamente invasivos que acortan el periodo de recuperación a 5-10 días después de la intervención.
3. Hemorroides crónicas: meses o años
Etapa III y IV Las hemorroides internas que no se tratan pueden persistir durante mucho tiempo, incluso años.
Los síntomas pueden aparecer periódicamente, con exacerbaciones durante el estreñimiento, comidas pesadas, estrés o estar de pie durante mucho tiempo.
En la forma crónica, a menudo se requiere tratamiento quirúrgico, después del cual el período de recuperación es de aproximadamente 2 a 6 semanas.
4. Después del tratamiento: recuperación y recurrencia
Con el tratamiento adecuado, los síntomas pueden desaparecer por completo, pero existe el riesgo de que reaparezcan si no se realizan cambios en el estilo de vida.
Incluso después de la cirugía, es necesaria una prevención a largo plazo: fibra, ejercicio, agua, buena higiene.
Las primeras 1-2 semanas después de la intervención médica suelen ser las más difíciles, pero la recuperación completa se consigue en un mes.
6. Tratamiento de las Hemorroides Internas
El tratamiento de las hemorroides internas depende de la etapa de desarrollo, la frecuencia de los síntomas y el estado general de salud del paciente. En la mayoría de los casos, el enfoque es gradual: se empieza con medidas más leves y se avanza a procedimientos y cirugía si es necesario.
Tratamiento conservador (enfoque inicial)
Esta es la primera etapa del tratamiento y se utiliza principalmente para hemorroides internas de grado I y II.
Cambios en el estilo de vida
- Aumentar la ingesta de fibra a través de frutas, verduras y cereales integrales;
- Aumentar la ingesta de líquidos: al menos 2 litros al día;
- Evitar estar sentado durante períodos prolongados y realizar esfuerzos físicos;
- Introducir actividad física moderada (caminar, yoga, natación).
Agentes farmacológicos
- Supositorios (supositorios) - contienen sustancias para reducir la inflamación y el sangrado;
- Cremas y ungüentos - alivian la picazón, refrescan y contraen los vasos sanguíneos;
- Venotónicos (comprimidos): fortalecen la pared venosa y mejoran el flujo sanguíneo.
Baños de asiento tibios
- 10-15 minutos varias veces al día en agua tibia: calma la mucosa y reduce la tensión.
Procedimientos mínimamente invasivos (sin cirugía)
Estos procedimientos se utilizan para hemorroides más persistentes de etapa II y III, cuando el tratamiento conservador no funciona.
Ligadura con banda elástica
- El método más común:
- Se coloca un anillo de goma en la base de la hemorroide, lo que corta el suministro de sangre.
- Después de unos días, el nódulo se seca y se cae.
- El procedimiento es rápido y prácticamente indoloro, con un corto periodo de recuperación.
Escleroterapia
- Inyección de una solución especial que provoca la contracción y adhesión de las paredes venosas.
- Indicada para hemorroides pequeñas y medianas.
- No requiere anestesia y se realiza de forma ambulatoria.
Coagulación infrarroja
- Se dirige un haz de luz infrarroja a la base de la hemorroide.
- El calor sella el vaso sanguíneo y el nódulo se contrae.
- El método es rápido, pero requiere varias sesiones.
Tratamiento quirúrgico (en casos graves o crónicos)
En los casos de estadio III y IV o en presencia de complicaciones, el tratamiento quirúrgico es el más efectivo.
Hemorroidectomía (cirugía clásica)
- Extirpación de hemorroides mediante escisión;
- Ideal para nódulos grandes o recurrentes;
- El método más eficaz, pero con un periodo de recuperación más largo (2-4 semanas).
THD (Desarterialización Hemorroidal Transanal)
- Una técnica moderna que utiliza Doppler para localizar y ligar las arterias que alimentan las hemorroides;
- Mínimamente invasiva, con rápida recuperación y menor dolor.
Terapias alternativas y complementarias
- Fitoterapia: uso de hierbas con efectos venosos y antiinflamatorios (castaño de Indias, hamamelis);
- Homeopatía y productos naturales: utilizados por algunos pacientes, pero con eficacia variable.
7. Cómo prevenir las Hemorroides Internas
La prevención es el mejor tratamiento, aunque las hemorroides internas a menudo aparecen sin previo aviso, muchos de los factores de riesgo se pueden controlar.
Esto es lo que puedes hacer para prevenirlos:
1. Crea una rutina saludable para evacuar los intestinos
- Vaya al baño a la primera necesidad, sin demora. Retener las heces provoca endurecimiento.
- No pase más de 2 o 3 minutos en el baño; evite usar el teléfono o leer, ya que prolongan su estancia.
- No se esfuerce; si necesita hacerlo, es mejor tomar un descanso y volver a intentarlo más tarde.
2. Ajuste su dieta
- Incluya fibra en su dieta diaria: avena, lentejas, manzanas, calabaza, pan integral;
- Limite los alimentos que causan estreñimiento: arroz blanco, harina blanca, fritos y alimentos grasos;
- Evite las especias picantes: irritan las mucosas y aumentan los síntomas si tiene predisposición;
- Mantenga una dieta regular: comer a la misma hora estimula el peristaltismo natural.
3. Mantener una buena hidratación
- Beba al menos 1,5 a 2 litros de agua al día: la deshidratación es un factor importante en las heces duras.
- Comience el día con un vaso de agua tibia: esto activa los intestinos y estimula su tránsito intestinal.
- Evite el consumo excesivo de café y alcohol: tienen un efecto diurético y provocan pérdida de líquidos.
4. Hacer ejercicio regularmente
El sedentarismo es un factor de riesgo importante. Incluya al menos 30 minutos de ejercicio al día:
- Caminar;
- Yoga;
- Gimnasia ligera
Evite estar sentado durante largos períodos de tiempo: levántese y muévase cada 45 a 60 minutos, especialmente cuando trabaje en una oficina.
Si trabaja frente a una computadora, utilice una almohada con agujero (antihemorroidal) para reducir la presión en el recto.
5. Mantener un peso saludable
- El sobrepeso aumenta la presión sobre las venas del abdomen y la pelvis.
- Incluso una pérdida de peso moderada puede aliviar la tensión en las venas rectales.
- Evite las dietas yo-yo, ya que alteran la función intestinal normal.
6. Limitar el levantamiento de pesas
- Levantar objetos pesados, especialmente sin la técnica adecuada, provoca un aumento brusco de la presión intraabdominal.
- Si se requiere esfuerzo físico, inhale antes de levantar y exhale durante el esfuerzo; esto protege el abdomen de una presión excesiva.
- En caso de esfuerzo o trabajo físico frecuente, utilice un cinturón estabilizador.
7. Cuida tu sistema digestivo
- Use probióticos o yogur con cultivos activos: mantienen el equilibrio de la flora intestinal.
- Evite el uso frecuente de laxantes: el cuerpo puede acostumbrarse a ellos y dejar de defecar por sí solo.
- Después de una enfermedad, antibióticos o estrés, renueve la fibra y los probióticos para restablecer la función intestinal normal.
8. Mantener la higiene íntima y anal
- Use papel higiénico suave o lávese con agua después de defecar.
- Evite las toallitas húmedas perfumadas, ya que contienen químicos que pueden irritar la zona.
- Mantenga la zona seca y limpia, ya que el exceso de humedad predispone a la irritación y la inflamación.
8. Conclusión
Las hemorroides internas son un problema generalizado que puede presentarse sin síntomas claros o causar un malestar significativo.
Atraviesan diferentes etapas de desarrollo y requieren un enfoque individualizado para el tratamiento. Las opciones de tratamiento incluyen cambios en el estilo de vida e intervenciones médicas especializadas.
Sin embargo, el mejor remedio contra ellas sigue siendo la prevención: mediante una dieta equilibrada, ejercicio, buena higiene e hidratación regular.
FUENTES:
1. Webmd: Hemorrhoids: Symptoms, Causes, and Treatment (25.05.2024)
2. Healthline: Causes of Hemorrhoids and Tips for Prevention (25.05.2024)
3. Mayo Clinic: Hemorrhoids: Symptoms (25.05.2024)