¿Cómo Reconocer y Tratar las Hemorroides Externas?

Aunque a menudo se evitan como tema de conversación, las hemorroides externas son una realidad para millones de personas en todo el mundo. Pueden aparecer inesperadamente y causar un malestar significativo, tanto físico como emocional.
El problema no es sólo el dolor, sino también la vergüenza, el remordimiento y, a veces, incluso el miedo que sentimos cuando no sabemos exactamente qué nos está pasando.
Muchas personas no buscan ayuda a tiempo y muchas veces se subestima el problema hasta que los síntomas se vuelven insoportables.
En este artículo, veremos todo lo que necesita saber sobre las hemorroides externas: qué son, por qué ocurren, cómo y cuánto tiempo lleva tratarlas.
Tabla de Contenido
1. ¿Qué son las Hemorroides Externas?
A diferencia de las Hemorroides Internas, que se localizan más profundamente en el recto y a menudo no se palpan, las hemorroides externas se desarrollan justo debajo de la piel alrededor del ano. Esto las hace no solo visibles, sino también palpables al tacto o al moverlas.
Se forman cuando las venas pequeñas de la zona perianal se dilatan y se llenan de sangre, a menudo como resultado del aumento de la presión. La piel de esta zona es rica en terminaciones nerviosas, por lo que las hemorroides externas pueden causar tanta incomodidad incluso con la más mínima irritación.
Las hemorroides externas pueden variar mucho de tamaño: a veces son muy pequeñas y casi imperceptibles, y otras veces son grandes y muy inflamadas. En ciertos casos, se puede formar un coágulo (trombo) en su interior, lo que provoca una afección conocida como hemorroide externa trombosada.
Es importante destacar que las hemorroides externas no siempre son consecuencia de una enfermedad. Pueden aparecer incluso en personas sanas tras un esfuerzo físico, un aumento repentino de la presión abdominal o permanecer de pie en la misma posición durante un tiempo prolongado.
A menudo aparecen de forma totalmente inesperada y sin antecedentes de problemas hemorroidales.
2. ¿Cuáles son las causas de las Hemorroides Externas?
Las causas de las hemorroides externas son múltiples y suelen acumularse con el tiempo. Generalmente no existe una causa única, sino una combinación de factores que debilitan gradualmente la pared venosa de la zona anal.
Estas son algunas de las razones que ayudan a que aparezcan las hemorroides externas:
1. Predisposición genética
Si tus padres u otros familiares han padecido hemorroides, la probabilidad de que las desarrolles es significativamente mayor. Esto se debe a la debilidad congénita de las paredes vasculares o a la menor elasticidad del tejido venoso.
2. Baja actividad física
El sedentarismo y la falta de ejercicio ralentizan la circulación sanguínea, especialmente en la parte inferior del cuerpo. Esto aumenta la presión en las venas y propicia su expansión, lo que contribuye a la formación de hemorroides externas.
Las ocupaciones riesgosas incluyen aquellas que implican permanecer de pie o sentado durante períodos prolongados, como conductores, empleados de oficina y cajeros.
3. Cambios hormonales y embarazo
Durante el embarazo, las mujeres son más propensas a desarrollar hemorroides. La progesterona relaja las paredes de los vasos sanguíneos, y el útero en crecimiento ejerce presión adicional sobre la red venosa de la pelvis.
Los cambios hormonales durante el embarazo pueden debilitar las paredes de las venas, haciéndolas más vulnerables a la dilatación. Durante el parto, la presión y el esfuerzo al hacer fuerza también pueden causar o empeorar las hemorroides.
4. Dieta inadecuada
Una dieta baja en fibra y rica en alimentos, procesados provoca heces duras y dificultad para defecar. La fibra ayuda a ablandar las heces y facilita su tránsito intestinal.
El consumo excesivo de alimentos picantes, alcohol y cafeína puede irritar el revestimiento del ano y empeorar la afección.
5. Estrés y tensión
El estrés crónico puede provocar trastornos digestivos, como digestión lenta y estreñimiento. Cuando estás estresado, tu cuerpo libera hormonas que pueden causar problemas gastrointestinales.
6. Uso frecuente de laxantes
Paradójicamente, el uso excesivo y descontrolado de laxantes puede provocar dependencia intestinal y deterioro del mecanismo natural de la defecación.
Esto, a su vez, aumenta la tensión en el ano y favorece el desarrollo de hemorroides externas.
7. Postura incorrecta al defecar
El inodoro moderno exige defecar sentado, lo cual no es lo más natural para la anatomía humana. Esto provoca una curvatura del recto, lo que dificulta la evacuación de las heces.
Esto aumenta el esfuerzo necesario para defecar y, en consecuencia, la presión sobre las venas que rodean el ano. En los países donde se practica la postura en cuclillas, las hemorroides son mucho menos frecuentes.
8. Tos o estornudos persistentes
La tos crónica, especialmente en fumadores o personas con enfermedades pulmonares, crea aumentos repetidos y prolongados en la presión intraabdominal.
Esto ejerce presión directa sobre el sistema venoso del ano y puede provocar dilatación y daño a las paredes venosas. Los estornudos frecuentes e intensos debido a alergias tienen un efecto similar.
9. Obesidad
El exceso de peso corporal, especialmente en la zona abdominal, ejerce una presión constante sobre los órganos pélvicos y el sistema circulatorio. En personas con alto grado de obesidad, el drenaje venoso anal se dificulta.
Esto provoca el estancamiento de la sangre en las venas y propicia la formación de hemorroides. El problema se agrava aún más cuando la obesidad se combina con un estilo de vida sedentario.
10. Viajes al baño excesivamente frecuentes o prolongados
Algunas personas tienen la costumbre de pasar largos periodos en el baño, leyendo, mirando el teléfono o simplemente relajándose. Sin embargo, esto prolonga la presión sobre el ano y las venas de esa zona.
Especialmente perjudicial es el hábito de hacer fuerza incluso cuando no es necesario: provoca un estiramiento excesivo de las paredes venosas y aumenta el riesgo de hemorroides externas.
11. Trabajo físico pesado o levantamiento de objetos pesados
El trabajo o los deportes con carga de peso aumentan la presión interna en el abdomen. Cuando esto ocurre con frecuencia y sin la técnica adecuada, la carga se transfiere a la zona rectal.
Esta es una causa común de hemorroides externas en hombres que visitan regularmente el gimnasio pero no respiran adecuadamente o se esfuerzan demasiado.
12. Deshidratación y baja ingesta de líquidos
La falta de agua en el cuerpo provoca heces duras y secas. Esto dificulta la evacuación y requiere mayor esfuerzo, lo que ejerce presión directamente sobre las venas del ano.
La deshidratación también afecta la elasticidad de los vasos sanguíneos, haciéndolos más susceptibles a sufrir daños.
13. Edad avanzada
A medida que envejecemos, los tejidos y vasos sanguíneos del cuerpo pierden gradualmente su elasticidad. Esto ocurre especialmente en la zona anal.
El tono muscular en el perineo también disminuye, lo que también aumenta el riesgo de desarrollar hemorroides, especialmente si se combina con otros factores de riesgo como el estreñimiento y la baja actividad física.
3. Síntomas de las Hemorroides Externas
Los síntomas de las hemorroides externas pueden variar mucho: desde una leve molestia hasta un dolor intenso que interfiere con el ritmo normal de vida.
1. Dolor y malestar
El dolor es uno de los síntomas más característicos de las hemorroides externas. Puede ser agudo e intenso, especialmente en hemorroides trombosadas, cuando se forma un coágulo de sangre en la vena hemorroidal.
El dolor puede aumentar al sentarse, moverse o defecar.
2. Una sensación de “pesadez” o tensión en la zona anal
Esta sensación suele describirse como un cuerpo extraño o presión en la zona alrededor del ano. Los pacientes refieren sentir como si algo estuviera ahí, incluso cuando no sienten dolor.
3. Ligera hinchazón o bulto que se siente al tacto
Las hemorroides externas suelen sentirse como pequeños bultos o nódulos bajo la piel. Su tamaño y consistencia pueden variar según la inflamación o la trombosis.
Generalmente se ubican justo al lado del orificio anal y pueden agrandarse con el esfuerzo o al sentarse.
4. Moco o humedad que sale del ano
Este es un síntoma menos común, pero cuando ocurre, crea una sensación de humedad constante o "fuga".
La mucosidad puede irritar la piel de la zona y causar picazón o erupciones. Algunas personas la confunden con una fisura o infección anal.
5. Irritación al lavar o secar
Las hemorroides externas pueden reaccionar a hábitos de higiene como lavarse o limpiarse con papel higiénico con una sensación de ardor o punzada. Incluso el roce suave con una toalla puede causar dolor.
6. Dificultad para sentarse o realizar actividad física
Las personas con hemorroides externas grandes suelen experimentar molestias intensas al sentarse, especialmente en superficies duras. También pueden tener problemas para caminar, montar en bicicleta o incluso permanecer de pie durante largos periodos.
7. Alteración de la sensibilidad al defecar
Incluso cuando no hay dolor, las personas con hemorroides externas a menudo informan una sensación de movimiento intestinal incompleto o un dolor leve después.
8. Picazón e irritación
La picazón alrededor del ano es un síntoma común de las hemorroides externas. La fricción y la humedad constantes en esta zona pueden empeorar la picazón y causar mayor irritación e inflamación.
9. Sangría
Generalmente se observa durante los movimientos intestinales cuando las heces duras pasan a través del ano y lesionan las venas varicosas.
El sangrado puede ser leve, con pequeñas gotas de sangre en el papel higiénico, o más profuso, con grandes cantidades de sangre en la taza del inodoro.
10. Inflamación y enrojecimiento
El enrojecimiento y la hinchazón son resultado de la irritación e inflamación de los tejidos. Esto puede ir acompañado de una sensación de ardor y mayor sensibilidad cutánea.
Estos síntomas no siempre aparecen al mismo tiempo. En las etapas iniciales, puede observarse solo uno de ellos, pero a medida que la enfermedad progresa, las molestias se acumulan y afectan la vida diaria.
4. ¿Cuándo debes consultar a un médico?
Aunque muchos casos de hemorroides externas pueden aliviarse con tratamiento casero, hay situaciones en las que es imperativo buscar atención médica.
A continuación se presentan casos específicos en los que no debes dudar:
Sangrado persistente o abundante
Si nota sangre en el inodoro, en el papel higiénico o en las heces, y esto sucede repetidamente, es hora de consultar a un médico.
Aunque el sangrado suele deberse a hemorroides, también puede ser síntoma de afecciones más graves, como fisuras anales, pólipos o incluso cáncer colorrectal. Solo un examen y, posiblemente, pruebas adicionales pueden proporcionar una respuesta definitiva.
Dolor intenso y punzante
Si experimenta un dolor agudo que aparece de repente y empeora cuando se sienta o se mueve, esto puede ser un signo de una hemorroide externa trombosada.
Se trata de una afección en la que se forma un coágulo (trombo) en una hemorroide y requiere intervención médica de emergencia. A menudo se requiere un procedimiento menor para extirpar el coágulo, lo que proporciona un alivio significativo del dolor.
Crecimiento rápido o hinchazón
Si un bulto hemorroidal aumenta repentinamente de tamaño, se vuelve duro y doloroso, esto puede ser un signo de inflamación, infección o trombosis.
En este caso, no se recomienda el autotratamiento, ya que la afección podría empeorar. El médico evaluará si es necesario tratamiento médico o quirúrgico.
Supuración de pus o mal olor
Estos son signos de una posible infección en la zona anal. Una hemorroide infectada puede provocar un absceso, que requiere drenaje y tratamiento con antibióticos.
Ignorar una infección en esta zona puede provocar complicaciones graves, incluida la propagación de la infección a los tejidos circundantes.
Cambios en los movimientos intestinales
Si nota un cambio repentino en sus hábitos intestinales (como estreñimiento y diarrea alternados, sensación de vaciado incompleto, pérdida de peso o fatiga), esto no es típico de hemorroides solas.
No retrase el examen, porque tales síntomas podrían enmascarar un problema de salud más grave.
Hemorroides recurrentes o crónicas
Si las hemorroides externas se presentan con frecuencia, a pesar de mantener una buena higiene y estilo de vida, es señal de que es momento de buscar una evaluación profesional.
5. Tratamiento de las Hemorroides Externas
El tratamiento para las hemorroides externas depende de la gravedad de los síntomas, la duración del problema y las características individuales del paciente. El objetivo es reducir la inflamación, aliviar el dolor y prevenir la recurrencia.
Los enfoques incluyen varios grupos principales: local, sistémico, mínimamente invasivo y quirúrgico.
1. Tratamiento en casa
Los casos más leves de hemorroides externas a menudo pueden aliviarse en casa, sin necesidad de medicación o intervención médica.
Lea más sobre las diferentes formas AQUÍ.
2. Tratamiento local
Este tipo de tratamiento actúa directamente sobre la zona afectada y es adecuado para casos más leves y moderados.
- Cremas con corticosteroides: reducen la inflamación y la picazón, pero con el uso prolongado pueden adelgazar la piel (se recomienda usarlas por períodos cortos);
- Preparaciones de lidocaína o benzocaína: analgésicos que reducen temporalmente el dolor y la sensación de ardor. Se aplican con cuidado para no causar irritación.
- Ungüentos naturales con Hamamelis, Milenrama, Caléndula o Aloe Vera: adecuados para inflamaciones leves. Calman la piel y promueven la cicatrización.
3. Tratamiento sistémico
Incluye medicamentos que actúan en todo el cuerpo, no sólo en una zona específica.
- Agentes flebotrópicos (venotónicos): fortalecen las paredes de las venas, mejoran la circulación sanguínea y reducen el riesgo de recurrencia. Se utilizan para hemorroides crónicas y recurrentes.
- Analgésicos: se toman por vía oral cuando el dolor es intenso. Los antiinflamatorios no esteroideos (como el ibuprofeno) son adecuados, pero no deben usarse a largo plazo sin supervisión médica.
4. Procedimientos mínimamente invasivos
Si los remedios tópicos y sistémicos no son efectivos, el médico puede sugerir procedimientos no quirúrgicos que se realizan de forma ambulatoria:
- Trombectomía: procedimiento quirúrgico menor que extrae un coágulo de sangre de una hemorroide trombosada. El alivio es casi inmediato.
- Escleroterapia inyectable (menos común para hemorroides externas): se inyecta una solución que cierra el vaso sanguíneo. Se utiliza con mayor frecuencia para Hemorroides Internas, pero en algunos casos también tiene efecto sobre las externas.
- Coagulación infrarroja o láser: los vasos se “sellan” mediante calor, lo que detiene el suministro de sangre a las hemorroides.
5. Tratamiento quirúrgico
En caso de hemorroides externas persistentes, dolorosas o que recurren con frecuencia, especialmente si están trombosadas, se considera la extirpación quirúrgica.
- Hemorroidectomía: procedimiento quirúrgico clásico para la extirpación completa de las hemorroides. Se realiza con anestesia local o general. El período de recuperación es más largo, pero los resultados son duraderos.
- Hemorroidectomía láser: técnica más reciente y menos invasiva. Ofrece un período de recuperación más corto y menos dolor después del procedimiento.
6. Mitos y realidades sobre las Hemorroides Externas
Existen muchos conceptos erróneos sobre las hemorroides externas. Algunos se deben a la falta de información, otros a viejas creencias.
En esta sección, veremos los mitos más comunes y los compararemos con los hechos:
Mito: Sólo las personas mayores sufren de hemorroides
Realidad: Las hemorroides pueden afectar a personas de todas las edades
Aunque las hemorroides son más comunes en personas mayores, pueden afectar a personas de todas las edades, incluidos adultos jóvenes e incluso niños.
Factores de riesgo como el estreñimiento, los malos hábitos alimenticios y un estilo de vida sedentario pueden causar hemorroides independientemente de la edad.
Mito: Las hemorroides externas siempre sangran
Realidad: No todas las hemorroides externas sangran
El sangrado es un síntoma común de las hemorroides, pero no todas las hemorroides externas sangran. Algunas solo causan dolor, hinchazón y molestias, sin sangrado visible.
El sangrado suele ocurrir en casos más graves o cuando las hemorroides se rompen.
Mito: Las hemorroides siempre requieren tratamiento quirúrgico
Realidad: Muchas hemorroides pueden tratarse con métodos conservadores
No todas las hemorroides requieren cirugía. Muchos casos pueden tratarse con éxito con cambios en el estilo de vida, cambios en la dieta, tratamientos tópicos y procedimientos mínimamente invasivos.
El tratamiento quirúrgico sólo es necesario en casos graves o complicados.
Mito: Sentarse en superficies frías causa hemorroides
Realidad: No hay evidencia de que las superficies frías causen hemorroides
Las principales causas de las hemorroides están relacionadas con el aumento de la presión en la zona rectal, el estreñimiento, el embarazo y factores hereditarios.
Las superficies frías pueden causar molestias temporales, pero no provocan hemorroides.
Mito: Todo dolor anal es causado por hemorroides
Realidad: El dolor anal puede ser causado por una variedad de afecciones
El dolor anal no siempre es consecuencia de hemorroides. Otras afecciones, como fisuras anales, abscesos, infecciones e incluso cáncer anal, pueden causar síntomas similares.
Es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Mito: El ejercicio empeora las hemorroides
Realidad: El ejercicio moderado es útil para prevenir y controlar las hemorroides
El ejercicio moderado, como caminar y nadar, puede ayudar a mejorar la circulación y prevenir el estreñimiento, lo que reduce el riesgo de hemorroides.
El esfuerzo físico intenso, especialmente levantar pesas, puede empeorar la afección si no se realiza correctamente.
Mito: Los cambios en la dieta por sí solos son suficientes para tratar las hemorroides
Realidad: Los cambios en la dieta son importantes, pero a menudo se necesitan otros métodos
Los cambios en la dieta, como aumentar la ingesta de fibra y líquidos, son una parte importante de la prevención y el tratamiento de las hemorroides.
Sin embargo, en muchos casos se necesitan otros métodos, como tratamientos tópicos, procedimientos mínimamente invasivos o incluso cirugía, para controlar eficazmente la afección.
7. Conclusión
Aunque las hemorroides externas no ponen en peligro la vida, pueden afectar gravemente la vida diaria. Cuanto antes se aborden los síntomas, más fácil y rápido será su tratamiento.
El mejor enfoque es una combinación de nutrición adecuada, actividad física y atención médica cuando sea necesario. No dudes en consultar con un especialista si tienes dudas: la salud siempre es lo primero.
FUENTES:
1. Мedicinenet: Hemorrhoids (Piles): What are the symptoms of hemorrhoids? (25.05.2024)
2. Healthline: Causes of Hemorrhoids and Tips for Prevention (25.05.2024)
3. Mayo Clinic: Hemorrhoids: Symptoms (25.05.2024)